En el día de ayer, la futura sede para el Mundial del 2018 veía como hinchas de varios cuadros de fútbol (principalmente del Spartak de Moscu) marchaban por la muerte del joven Yegor Sidirev, asesinado en una trifulca luego de un partido de fútbol el lunes pasado.
Los desordenes, con foco en Moscu y San Petesburgo, dejaron por lo menos 29 heridos y 150 detenidos, en enfrentamientos directos con la policía anti choques, que luego de recibir botellas, fragmentos de metal, piedras y adornos arrancados de un gran árbol de Navidad, situado en la Plaza Manezh, decidieron ir contra la manifestación.
El problema se genero tras la liberación de los asesinos del joven hincha del Spartak, el día después de cometer la agresión.
El ministro del Interior, Rashid Nurgaliyev, ha declarado que los enfrentamientos fueron provocados por los nacionalistas que se unieron a la manifestación de los aficionados de fútbol. Nurgaliyev ha agregado que "nadie va a omitir la responsabilidad" por la muerte de Sviridov y ha reiterado el compromiso del jefe de la Policía moscovita, Vladimir Kolokoltsev, que prometió una investigación exhaustiva del trágico accidente.
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