jueves, 27 de enero de 2011

LA COLUMNA DE APARICIO - PELIAU CON "ESO"

Teniendo en cuenta que es verano y en esta epoca se hace muy dificil rellenar los espacios con noticias (por que no pasa nada) nos vimos obligados a contratar algunos redactores que rellenen estos espacios... el pago se realiza en entradas para el ocho y la única obligación es que lo hagan "como puedan".
Así encontramos al Sr Aparicio Corini, oriundo de Melo, departamento de Cerro Largo, que según nos dijo en la entrevista se vino para Montevideo por que, según el viejo dicho popular "en Melo esta lleno de bufarras y trabucos". 
A continuación, tenemos el agrado de presentar la primer columna de nuestro controvertido columnista
Sr. Aparicio Corini 

 Vivir en la ciudad tiene dos ventajas que no por ser pocas, pierden su don de ventajas. La primera es poder sacar un boleto y subirse a cualquier ómnibus. No importa si es rojo, verde o amarillo, no me canso de subir mirando fijamente al guarda (que lo mira a uno con cara de ¿no llegas a 17?) y sacar del bolsillo despacito y sin apuro mi "tarjeta inteligente", dejándolo resignado a esperar algún gurí que vuelva del liceo desesperado por encajarse un refuerzo y decirle "no flaco, acá hay 16".
La segunda, es que cada almacén kiosko y estación de servicio, por mas chico que sea, vende cerveza. Esta en nuestras raíces, la sola idea de la falta de alcohol hubiera arrastrado al mismísimo Gervasio Artigas hacia el mas grande de los exilios (algo a lo que se vio arrastrado más tarde por que según historiadores de la Universidad de Cucuta, un primo suyo le mando un catalogo de whisky paraguayo mucho mas en precio que los que se ofrecían en nuestra banda oriental), o resignado al histrionico Alberto Kesman hacia el más grande de los fracasos como periodista deportivo.
Atrás de la segunda ventaja es que me fui caminando hasta una estación de servicio, con ganas de poder tomar un par de cervezas frías (lo que hace que las estaciones vendan la cerveza mas fría que hay, no es el hecho de ser estación, sino que la heladera esta prendida de "verdad", no como en algunos kioskos que abusan de que uno no anda con un "termómetro de calibre para refrigeradores de super" encima, y te encajan la mas caliente) y volver la comodidad de mi hogar para hacer absolutamente nada.
Después de fumarme una cola como para presentarse a un cargo de ascensorista suplente en el Palacio Legislativo, llegue a la caja con mis tres cervezas (la cantidad de alcohol en sangre necesaria para un uruguayo según estándares de la International Alcoholic Stadistic Center, mas conocida como la IASC) y sin mas palabras que "son 183 pesos", la cajera me cobró mientras me miraba como si fuera culpa mía que la tarjeta se le venza  mañana y que el boludo del novio la haya cagado con la hermana. Con las botellas en la mano marche hacia mi casa sin pena ni gloria, pero con la canana llena.
Estábamos los cuatro (las tres cervezas y yo) en el living mirando "Esta boca es mía", un programa en donde una contradicción encabezada por una modelo seudo intelectual entrevista un grupo de famosos seudo intelectuales, acerca de temas cargados de un supuesto seudointelectualismo, como por ejemplo "las galletas de arroz...¿cuadradas o redondas? o los fusiles de largo alcance...¿realmente son de largo alcance?. Enfrascados escuchando a Julio Toyos afirmando que el surubi es un pez autóctono ya que el lo pescaba en las orillas del arroyo seco, me di cuenta que estaba delante de un problema realmente intelectual...no quedaba mas cerveza.
Yendo en contra de las estadísticas de la IASC agarre lo tres envases (notese la dificultad que resulta de llevar con solo dos manos, los tres envases, las llaves, apagar las luces, abrir y cerrar la puerta) y "enfile" como dicen los pibes, para la estación en busca de la segunda vuelta, haciendo honor a mi doble condición de uruguayo y desprevenido, uruguayo por que fui incapaz de comprar 6 de primera, y desprevenido por lo que paso después.
Fui a la heladera que "enfría de verdad" y, para evitar hacer la típica "tocadita" de botella para ver cual es la elegida y darse vuelta con cara de viejo tanteador de botellas y decir "esta es la mas fría", cuando todos sabemos que no es la mas fría, ni posees una sensibilidad que caracteriza a un jugador de mikado, sino que fue la que miraste primero, agarre la que me miró mejor y me fui.
Cuatro palabras me retumbaron en la cabeza como el avión de Puritas haciéndole un finito a la torre de Antel, y me dejaron estupefacto: "¿No tenes el ticket?" me dijo la cajera, esta vez con una sonrisa en la cara, "si no tenes el ticket te tengo que cobrar los envases". Los dos sabíamos que no existía ni la mas remota posibilidad de que un papelito de 7 x 3 que dice 3 cervezas se encontrara adentro de cualquiera de mis bolsillos.
"Las acabo de comprar" fue lo que me salio, para ver si haciendo memoria, la ahora simpática cajera era capaz de recordar un rostro por mas de 20 minutos, pero la vida me demostró que una cajera tiene la habilidad de resetear su sistema nervioso central a favor de los intereses de la empresa.
"Sin ticket no puedo" respondió ella, llena de orgullo, logrando sentir la felicidad que siente aquel guarda cuando te dice "no flaco, acá hay 16".
Buscando hacerla entrar en razón, le dije:

Aparicio: "las compre recien"

cajera:  "no me acuerdo..."

Aparicio: "como no, si me viste la cara " 

cajera : "no me acuerdo..."

Aparicio: "mireme la cara señorita, ¿no se acuerda de mi?"

cajera: "Yo que se loco, estuve todo el día acá viendo boludos como vos que vienen sin envase y me quieren pasar diciéndome que lo compraron acá, pagala o quedate sin tomar..."

Mi reacción fue digna de un hombre lastimado en su orgullo: "Hija de puta, ¿no me viste la cara cuando te vine a comprar las primeras 3?" le grite fuera de mi mientras salia del lugar pateando de derecha una heladera de esas que a pesar de decir Frigor, alojan cualquier otro tipo de helado menos el que dice en el pegotin de afuera. 
Lo unico bueno es que si me hubiera cambiado el envase, no hubiera tenido tema para la columna de hoy...gracias cajera, por dejarme mirando esta boca es mia sin nada que me anestesie.

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